Influencia de los conflictos sociales, políticos y climatológicos, en la arquitectura, el urbanismo y la forma de vida

jueves, 15 de enero de 2015

TARA. “LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ”. CINE Y ARQUITECTURA (I)

En junio de 1936 Margaret Mitchell publica su novela “Gone with the Wind” a finales de octubre el libro ya había sido leído por más de un millón de personas y pasado por veintitrés impresiones; en mayo de 1937 Mitchell fue galardonada con el Premio Pulitzer. Al mismo tiempo, apenas un mes después de su publicación inicial, el productor de Hollywood David O. Selznick pagó a Mitchell 50.000 dólares por los derechos cinematográficos, una cantidad récord en ese momento. La película se estrenó en Atlanta en diciembre de 1939, y en 1940 ya había ganado diez premios de la Academia, hoy día sigue siendo una de las películas más taquilleras de la historia del cine.
Desde el primer momento, aún cuando se estaba negociando la venta de los derechos de la película, los conflictos entre la visión original de la novelista y la del cineasta eran evidentes. 
Margaret Mitchell era una persona realista que se enorgullecía de la falta de sentimentalismo en sus obras, lo que se aleja de la imagen que se da en la película a personajes como Scarlett O'Hara que se sitúan más cerca del mito popular de la belleza sureña.
De la misma manera tuvo que luchar para que la Tara de su libro, fuese un lugar mucho más cercano a la realidad que la imagen que pretendían proyectar en Hollywood a modo de “gran mansión del renacimiento”
Selznick se empeño en tergiversar gran parte de lo que había escrito Mitchell, que, para su gran frustración, pasaría la mayor parte del resto de su vida tratando de corregir las distorsiones. Comentó en varias ocasiones que había concebido Tara como un lugar austero y funcional recalcando que los sureños no vivían en “casas con columnas blancas”. En algunas declaraciones llego a asegurar que cuando Selznick le envió fotografías de los diseños de los Doce Robles, la casa Wilkes, "me tiré al suelo gritando de risa." Consiguió que al menos las columnas no fuesen redondas sustituyéndolas por pilares cuadrados siguiendo más el estilo del sur.
Localización de Tara

Mapa anotado por Wilbur Kurtz para mostrar sitios relacionados con el ficticio Tara.

Margaret Mitchell no tenía ningún modelo de Tara y no paró de insistir en que no era un lugar real, para consternación de los turistas que invadían las carreteras secundarias del condado de Clayton en busca de las columnas blancas de Hollywood.
La imaginaria Tara se sitúa en el estado de Georgia, se encuentra a 8 km de Jonesboro en el condado de Clayton, en el lado este del río Flint y a 32 kilómetros al sur de Atlanta.
Mitchell tomó como modelo las plantaciones locales del condado de Clayton y en particular la de su abuela materna, Annie Fitzgerald Stephens (1844-1934), hija del inmigrante irlandés Philip Fitzgerald (1798-1880) y su esposa la estadounidense, Eleanor Avaline. 
La casa original de la plantación de los Fitzgerald, era una "casa rural", con estructura de madera de dos pisos. Como era típico de la época, la cocina se situaba en una pequeña estructura separada de la casa, conectada por un pasadizo.
En la década de 1850, la casa estaba en el centro de lo que fue una plantación de algodón excepcionalmente próspera, al otro lado de la casa se asentaban un puñado de pequeñas cabañas que albergaban a los esclavos; después de la Guerra Civil, Fitzgerald amplió la casa duplicando el espacio y reorientado la entrada principal desde el este hacia el norte.
Fitzgerald  house
Sin embargo la descripción narrativa de Tara dejaba mucho a la imaginación, El propio nombre evocaba imágenes de la antigua Irlanda y la Colina de Tara, legendaria sede de los reyes de Irlanda en la Edad Media antes de la conquista normanda:
“Fue construido por mano de obra esclava, un edificio extenso, torpe, que coronaba la elevación del terreno con vistas a la pendiente verde de los pastos que llegan hasta el río (...) La casa había sido construida sin ningún plan arquitectónico, con habitaciones extra añadiéndose dónde y cuando parecía conveniente, pero con el cuidado y la atención de Ellen, ganó un encanto que compensaba su falta de diseño (...) Las plantas que caen sobre las terrazas se muestran brillantes contra el ladrillo encalado, y a ello se une los arbustos de mirto con crespón rosa en la puerta y las magnolias blancas en el patio para disimular algunas de las líneas torpes de la casa”
Se piensa que la casa de St. Paul Place al sureste de la ciudad de Atlanta pudo ser parte de la inspiración de Mitchell para Tara. Construida en 1858 por el hombre que diseñó las defensas de la ciudad durante la Guerra Civil, la casa era de ladrillo revestido y presentaba el tratamiento típico de una casa de la época.
Mitchell se documentó por académicos que vivieron en la década de 1920 que tenían recuerdos de la Guerra Civil y consultó a expertos en arquitectura de la preguerra en la zona; en resumen sabía lo que quería retratar y sabía que en Atlanta y el condado de Clayton simplemente no tenían las mansiones de columnas blancas que el público vería en la película. En cualquier caso, la mejor arquitectura se encontraba en las ciudades y pueblos de la Georgia Piamonte, pero no en el campo.

Adaptación cinematográfica. Planificación.


En abril, de 1937 George Cukor, el director original de la película, y el diseñador de escena original, Hobe Erwin, llegaron a Georgia, Mitchell los condujo por el campo tratando de hacerles ver la arquitectura de la zona; más tarde informó a un amigo: “He intentado prepararlos reiterando que el norte de Georgia es áspero y crudo en comparación con otras zonas del Sur, y que las columnas blancas son la excepción más que la regla. Les he rogado que dejen a Tara fea, en expansión, sin columnas, y estuvieron de acuerdo. Me imagino que, sin embargo, en los Doce Robles, pondrán columnas alrededor de la casa y que será tan grande como nuestro nuevo auditorio de la ciudad.
En el otoño de 1937, Selznick, contrató a William Cameron Menzies como diseñador de producción de la película, éste dibujó algunas acuarelas a partir de las cuales el director de arte, Lyle Wheeler, produjo las escenografías finales y las especificaciones para el departamento de construcción.
Formado en la arquitectura, Wheeler construyó modelos a escala de los conjuntos que se utilizaron para comprobar el diseño, los ángulos de cámara y la iluminación. Se construyeron noventa decorados interiores y exteriores, incluyendo más de cincuenta estructuras a tamaño real. La ambientación histórica corrió a cargo del historiador Wilbur G. Kurtz que orientó la producción de Selznick en prácticamente todas las escenas.
A pesar de los materiales temporales con los que se construyó el conjunto, se cuidó el diseño para asegurar la ilusión de que se trataba una casa de antes de la guerra.
Emplazamiento
El sitio para la construcción del conjunto de Tara fue  Selznick Internacional Studios '"Forty Acres" lote de producción en Culver City, California, a unos once kilómetros al oeste del centro de Los Ángeles.

La primera tarea fue la eliminación de viejos escenarios existentes en el lugar para poder recrear en el lugar la Atlanta de 1864; se eliminaron grandes conjuntos de madera pertenecientes a rodajes anteriores como “King Kong” o “Rey de Reyes” que fueron apilados y quemados. En la quema de estos conjuntos, Kurtz elaboró una red de tuberías de gas para el control de las llamas con el fin de aprovecharlas para crear el telón de fondo en la escena del incendio de Atlanta.
Decorados de "Rey de Reyes" y "King Kong" aprovechados. En este lugar se construyó la estación de Atlanta
La construcción de Tara
Para el análisis del conjunto nos apoyamos de la última documentación gráfica, ya en estado de ruina, de 1959.
Tara no tenía habitaciones dentro, era sólo fachada. Sin embargo, no se trataba sólo de dos dimensiones, ya que se completó todo el frente y el lado derecho de la casa principal, algunas partes del lado izquierdo, tres lados de la cocina y todos los lados del corredor de conexión. Sólo se cubrieron las mitades delanteras de estas estructuras, aunque la cornisa se instaló también por la pendiente trasera del lado derecho de la casa principal y en ambos lados del techo de la cocina.
Las dimensiones en planta se aproximan correctamente a las dimensiones de las mansiones originales. La altura total era aproximadamente de 11 metros desde el suelo a la línea de cresta.
El marco básico de la estructura parece haber sido de 2x4 para crear una cuadrícula de 24 cuadrados. Las características exactas de las vigas del techo y otros materiales de soportes  y sujeción de las fachadas frontales no son discernibles fácilmente en las fotografías que disponemos de 1959.
Vista aérea de la construcción de Tara
Planta del conjunto constuido
Los marcos estructurales de madera fueron cubiertos con un material sintético imitando al ladrillo en paneles de 7 x 14 con juntas al tresbolillo.
Sólo los pilares de ladrillo y el piso del porche delantero eran realmente de ladrillo y mortero. Todo los detalles arquitectónicos del conjunto fueron construidos en madera, principalmente abeto o pícea con un poco de madera roja.
La puerta de entrada, se compone de un marco de madera maciza y tres capas de madera laminada, una construcción similar se utilizó en los paneles bajo los lucernarios laterales de la entrada y algunas ventanas; los cristales de la puerta de entrada se engarzaron en la misma madera en lugar de con masilla como en el resto, aunque es difícil que un espectador note la diferencia.
Una vez construido, el conjunto fue pintado con una pintura a base de aceite de linaza con poco brillo para no reflejar la iluminación conjunto.
El ala izquierda, que es poco visible en la película, se pintó de un color rojizo imitando al ladrillo.
En la foto de la izquierda se pueden apreciar los paneles sintéticos imitando al ladrillo.
La vegetación en su mayoría era efímera, y se superponían como decorado en el momento de rodar las escenas
Vista de los pilares de ladrillos construidos "in situ"
Vista de la zona derecha del conjunto de Tara
Vista de la zona izquierda del conjunto de Tara
Las persianas se construyeron para que parezcan como de lamas móviles, sin embargo, los listones individuales están simplemente clavados con pequeñas puntillas, dejándolos inoperables. En la primera escena Hattie McDaniel  aparece asomándose por una ventana del segundo piso, lo que hizo encaramada en un andamio en el interior de la estructura.
Aunque la mayoría de los interiores fueron creados en platós, algunos de estos se incluyen en el conjunto del exterior de Tara debido a que podría ser visible en algunas tomas, de esta forma se instalaron paneles interiores en las jambas de las tres ventanas del primer piso en el porche delantero.
El conjunto se completa cuando se comienza a filmar el 26 de enero de 1939. La escena inicial de la película que se desarrolla en el porche delantero, es la única en la que Tara aparece en la condición de esplendor, en todas las escenas posteriores, "después de la guerra”, el conjunto se degrada para representar el daño que se produjo durante la guerra, la artesanía de madera se daña y la pintura fresca de la primera escena aparece sucia y descolorida. De esta forma, cuando la filmación terminó en el verano de 1939, Tara ya necesitaba una restauración.
El elemento interior más importante del conjunto, fue el tapizado por el interior de la entrada principal; pintado de azul, se utilizó en la filmación de parte de la escena que se desarrolla por la noche en el porche, aunque la escena final fue en realidad una combinación de tomas en los estudios, el interior y el exterior de Tara todo hábilmente combinado en una sola escena.
Con respecto la ubicación de los lucernarios de la puerta encontramos un dato curioso: Tara se debía ver como una estructura de gruesas paredes de ladrillo, al ser el marco de madera de la puerta de entrada relativamente estrecho, los lucernarios se colocaron correctamente en la parte de atrás para el rodaje de la primera escena en el porche delantero, pero para la toma por el interior se veía demasiado superficial y se trasladó hacia delante, pero allí se quedó y aparece en ese mismo lugar "equivocado" en una nueva escena exterior después de la guerra.
Maqueta reconstrucción del complejo de Tara
Dado que no era un verdadero edificio, la construcción de Tara fue rápida ya que como hemos visto, lo único que se construyó fueron los pilares de ladrillo del porche y todas las tomas interiores se hicieron en el estudio. 
Tara en 1939
Tara en 1959

Con respecto al montículo exterior que bordea la casa se cubrió con césped consiguiendo el tomo rojizo del camino con mezcla de tierra y polvo de ladrillo.


Imágenes y rodaje en Tara antes de la guerra:

Imágenes y rodaje en Tara después de la guerra:

Uso posterior
A pesar comentario de Selznick que "nada en Hollywood es permanente" y que “una vez filmado, la vida aquí ha terminado," el conjunto Tara permaneció en pie durante veinte años.
Aunque sin identificar, Tara fue utilizada en filmes posteriores, pero nunca fue repintada ni alterada, solo en una ocasión que se invirtió el sentido de la puerta principal; por el contrario, el conjunto Atlanta fue continuamente adaptado y remodelado junto a nuevas construcciones y utilizados en una serie de producciones de televisión de los años cincuenta y sesenta. 

En 1959, Selznick señaló que había reconocido Tara visualizando alguna “película mala” de series de televisión ambientadas en el sur como en “Yancy Derringer Nueva Orleans”, “Mayberry de Andy Griffith”, “Bonanza” o “Los Intocables”:
La mayoría de los conjuntos, estructuras y fachadas de la ciudad de Atlanta se convirtieron en elementos permanentes en los estudios “40 Acres” y fueron escenarios de otras películas y series de televisión sobre todo en “The Andy Griffith Show”.
En concreto los conjuntos de la calle principal de la ciudad, se convirtieron en decorados permanentes, particularmente la fachada izquierda, que encontramos en numerosas películas posteriores rodadas en los estudios como  “The Long Night” (1947),  "The Raid" (1954), “El Milagro de las Campanas” 1948, “Los Intocables” (1959), “¡Verboten!” (1959), entre otras.
Un particular ejemplo de reutilización de los decorados de la película es el caso de la casa de la "tía Pittypat" que fue cambiando su aspecto hasta bien entrados los años 70.
Reutilizaciones de la casa de la tía Pittypat
A finales de la década de 1950, el conjunto de Tara se había convertido en una atracción turística en los estudios de Culver City, incluso se consideró recuperar Tara “in situ”, pero el conjunto continuó en decadencia hasta que finalmente se decidió desmontarlo cediéndolo a las atracciones sur, Inc que limpiarían el lugar sin coste alguno para los estudios.
En la primavera de 1959, el conjunto fue desmontado y los materiales más duraderos rescatados. Ventanas, persianas, puertas, postes del porche, pasamanos, cornisas y otros elementos fueron inventariados y numerados con tiza. Los pilares de ladrillo del porche fueron derribados y enterrados en el sitio, mientras que la estructura de madera pudo haber sido quemada en el lugar. A finales de mayo, el conjunto había desaparecido y el sitio que ocupaba la plantación "O'Hara" era despejado para otras producciones.

Tara, Atracción turística
Julian M. Foster, presidente de las atracciones del sur, Inc., concibió reconstruir Tara en tierras forestales al suroeste de Jonesboro. Allí se propuso recrear la plantación de Tara tal como la concibió Hollywood, convirtiéndola en un parque temático en el que existiría  un motel turístico imitando las viviendas de los esclavos de la plantación; el proyecto fue ampliamente criticado, sobre todo por Wilbur Kurtz que lo denominó "Disneyland Williamsburg"
Sin embargo, la campaña de Foster fue eficaz, especialmente teniendo en cuenta el creciente interés que existía por el próximo centenario de la Guerra Civil, de esta forma, el 1 de junio de 1959, en una ceremonia en la escalinata norte del Capitolio del Estado, el Gobernador y una serie de otros dignatarios locales y estatales, “da la bienvenida a Tara a Georgia”; en una de las furgonetas que trasportaba el conjunto aparecía la inscripción "Tara vuelve a casa."
En los próximos meses, Foster contrató varios consultores para seguir con el proyecto, entre ellos a Roy E. Volea, director de la firma de arquitectos Atlanta de Cunningham y Volea, que realizó veintinueve hojas de dibujos de arquitectura y especificaciones para la reconstrucción de Tara.
Cuando la construcción parecía ser inminente, de repente, nada más se supo del proyecto, al igual que muchos otros proyectos que buscaban capitalizar la enorme popularidad del libro y la película, el proyecto de Foster entró en conflicto con la protección de la familia Mitchell, de sus intereses y sus derechos de autor. A partir de aquí  Tara pasará los próximos veinte años escondida en una serie de almacenes.

Recuperación de Tara
En 1979, Betty Talmadge-Lovejoy, emprendió una campaña a través de diversos artículos de prensa, preguntando ¿Dónde está Tara? Empezó negociaciones con Foster para la compra del conjunto que se vieron interrumpidas a la muerte de éste, ya que nadie recordaba donde se almacenaba; después de una ardua búsqueda encontró los restos de Tara en un antiguo granero. En 1980 adquirió la casa de Philip Fitzgerald que estaba a punto de ser demolida para restaurarla y llevar allí los restos de Tara pero la casa fue dañada por un tornado y destruida en 2005.
Aunque aparentemente identificados y numerados en 1959, los elementos del conjunto encontrados en el granero se presentaban desordenados y descuidados; como parte de la restauración, fueron ordenados, etiquetados y catalogados todos los elementos incluidas las ventanas, puertas, persianas y cornisa de la casa principal; las columnas, escaleras y pasamanos del porche lateral, corredor, y algunas piezas de la cocina. Aunque el revestimiento de falso ladrillo fue destruido en 1959, pequeños fragmentos de este se encontraron todavía unidos al marco de ventanas.
En 1989, el Centro de Historia de Atlanta montó una gran exposición para conmemorar el quincuagésimo aniversario del estreno de la versión cinematográfica de la película; la exposición mostró trajes originales, grabados y fotografías, así como extractos del diario Wilbur Kurtz; la pieza central de la exposición fue la puerta de entrada original de Tara, restauradas para la exposición por la señora Talmadge.
En la puerta, las partes curvas moldeadas que se perdieron en su mayoría debido a la putrefacción, fueron recreadas por artesanos de Atlanta; fue sustituido todo el montante lateral del cristal original que había desaparecido; las bisagras de las puertas estaban intactas, aunque hubo que reemplazar el juego de cerradura por otro con apariencia similar a la original.
Debido a que la instalación en el Centro de Historia no era permanente y la puerta tendría que ser trasladada después de la exposición, el complejo fue reconstruido en componentes separados que incluyeron cuatro columnas, dos paneles, el conjunto montante, la cornisa, y la propia puerta. Estos luego se ensamblaron en el lugar del salón de exposiciones a excepción de la cornisa que no se montó porque el techo era demasiado bajo.
Pintura: el conjunto nunca se había repintado después de 1939, y los acabados originales estaban muy desgastados. Se enviaron muestras para analizarlas en laboratorio con lo que se pudo determinar que el conjunto se pintó de blanco, con pintura de aceite de linaza sin plomo; el interior fue pintado con el mismo tipo de pintura libre de plomo pero en un azul grisáceo. Estos colores se utilizaron para volver a pintar el conjunto incluyendo el acabado que había sido utilizado para reducir al mínimo la luz reflejada durante el rodaje. Una tira de cinco centímetros en el interior y el exterior se dejaron sin pintar como "testigos" de los acabados originales.
La exposición se cerró en la primavera de 1990, la puerta se desmontó y se volvió a almacenar. En septiembre de 1990, la señora Talmadge fue requerida para un evento privado por Ted Turner y Jane Fonda en el Lovejoy Plantation, esta vez sí se pudo montar la cornisa.
En 1998 la puerta fue reconstruida una vez más y se coloca en exhibición en el Museo Margaret Mitchell House, donde permanece en la actualidad. La señora Talmadge intentó vender lo que quedaba del complejo, pero su muerte en  2005 frustró el contrato y Tara permaneció en el almacén.
En la actualidad el historiador Peter Bonner, amigo íntimo de Betty Talmadge, trabaja desde su muerte en la vigilancia y preservación del conjunto y su objetivo es restaurar íntegramente la fachada de Tara. Su proyecto denominado 'SavingTara', está financiado y apoyado por numerosos voluntarios; desde su página web, cuenta de facebook y canal en Youtube, nos da a conocer las últimas novedades del proyecto.


"A Dios pongo por testigo que no podrán
derribarme. 
Sobreviviré, y cuando todo haya pasado, nunca volveré a pasar hambre, ni yo ni ninguno de los míos. 
Aunque tenga que mentir, robar, mendigar o matar, ¡a Dios pongo por testigo que jamás volveré a pasar hambre!....
Al fin y al cabo, mañana será otro día".
Scarlett O'Hara