Los migrantes latinoamericanos guiados por el interés de mejorar sus condiciones de vida en la sociedad estadounidense se aglomeran en las ciudades de la frontera México-USA, erigiendo las viviendas y conformando los barrios que constituyen el espacio físico que les integra en el espacio social receptor. En la casa del migrante subyace la ambivalencia del punto de tránsito y las pretensiones de permanencia, generando hechos urbanos cargados de significados fugaces que paradójicamente suelen anclarse en la materialidad del tejido de la ciudad. La tensión previsible entre el barrio que emerge y el núcleo urbano preexistente, entre los poderes asentados y el inestable provoca las prácticas y percepciones que singularizan a las ciudades fronterizas.
Las ciudades fronterizas son puntos de paso. Los barrios de estas ciudades se conforman en actos que disocian la relación de pertenencia entre las personas y el sitio. El tránsito fugaz propicia el sinsentido, la negación del lugar.
La frontera norte de México es la más porosa del mundo, la ansiada línea desértica que mide 3.326 kilómetros y ostenta la mayor cantidad de cruces legales en el mundo (se estima que la traspasan con papeles en regla 350 millones de personas al año), y que, sin embargo, destaca por ser el límite en el que existe el mayor conflicto social, policial, judicial y político entre el país más poderoso del globo y su vecino sureño latinoamericano, que tiene un 18,2% de pobreza extrema y se desgarra con la violencia que le vomita el narcotráfico.
Las ciudades de la frontera norte, con algunas excepciones, se originan por asentamientos surgidos en la segunda mitad del siglo XIX a partir del establecimiento de la frontera con los Estados Unidos en la forma de destacamentos militares o de aduanas.
A mediados del siglo XX el aumento masivo de emigrantes hace surgir en estas ciudades un fenómeno específico, los “fraccionamientos cerrados” que han impactado en el tejido urbano transformando paulatinamente su concepto.
Los fraccionamientos cerrados son espacios protegidos por muros perimetrales, mantienen controles de acceso y cuentan con vigilancia privada. El muro del fraccionamiento cerrado, al igual que el muro fronterizo, se constituye en barrera para separar, sirve para excluir de intromisiones externas y funciona como obstáculo para segregar no solo el territorio entre naciones sino también el espacio de las ciudades. De esta forma, las ciudades fronterizas se encierran en sí mismas contraviniendo el supuesto cosmopolitismo inherente a las sociedades de frontera. Son ciudades hechas de muros que bajo la justificación de la inseguridad reinante, construyen entornos protegidos y vigilados que al funcionar de manera aisladas a la ciudad, pretenden crear ambientes tranquilos y confortables.
En los últimos años, en la ciudad de Tijuana, los fraccionamientos cerrados constituyen la primera opción de vivienda ofertada por el negocio inmobiliario; la mayor parte del suelo de la ciudad, está ocupada por núcleos cerrados a especie de "guetos" que dividen a la población por sus niveles económicos impidiendo la relaciones e iteraciones entre ellos, el resto, la ciudad originaria, pierde su sentido de relación, la calle pasa a dominio del automóvil y los individuos se concentran en sus recintos cerrados para realizar las actividades de consumo y divertimento.
Existen varios tipos de fraccionamientos (todos ellos cerrados y amurallados) dependiendo del nivel socioeconómico de la población: los de alto nivel, clase media, clase popular y los de interés social; es como si la población hubiese seguido el modelo de muro fronterizo para trasladarlo a su forma vida reproduciéndolo dentro de la ciudad.
Esta especie de guetos cerrados (y con vigilancia propia) no sólo divide a la población por su nivel económico, otros aspectos étnicos y raciales influyen en la elección del lugar para vivir. Uno de los más importantes deriva de el problema que surge en todo Estados Unidos y especialmente en la frontera consistente en la discriminación de los “mexicanos americanos” hacia a los indocumentados recién llegados de México, la actitud se expresa a través de términos como “pobrecitos” “mojados” o incluso la etiqueta de “pinches mojados” es usada con odio y amargura; los denominados mexicanos americanos ven a los indocumentados como personas inferiores dispuestas a realizar cualquier tipo de trabajo.
Los mexicanos americanos en la frontera son descendientes de la ola de inmigrantes de México después del estallido de la Revolución Mexicana en 1910, tienen cimientos de cultura Mexicana pero con la larga residencia en Estados Unidos se han americanizados y no quieren vivir en el mismo lugar que los recién llegados.
Como vemos existen muchos factores que han influido en el nacimiento de estos fraccionamientos más allá de una simple respuesta a la inseguridad, el miedo y el incremento de la delincuencia como se da a entender constantemente por el mercado inmobiliario. Ante ésta situación el trazado urbano clásico construido a partir de un centro político, histórico y religioso que caracterizó a las ciudades de origen latino se debilita a favor de una ciudad fragmentada.
Al recorrer la accidentada topografía de la ciudad de Tijuana es evidente que los fragmentos cerrados se han extendido a todos sus rincones; la densidad de viviendas en los fraccionamientos de nivel medio alto oscilan de las 60 a la 300 viviendas, aumentando éste número a medida que se baja de nivel, los de tipo medio y popular oscilan entre 500 a 2000 viviendas y los de interés social llegan a 15.000 viviendas por recinto cerrado.
El fraccionamiento cerrado de interés social de Las Villas en la ciudad de Tijuana, cuya construcción se inicio a mediado de los 90 del siglo XX, aloja aproximadamente 20.00 viviendas. Esta forma masiva de construcciones enjauladas en la ciudad se realiza bajo la cobertura legal de la figura del condominio, ya que los reglamentos urbanísticos no establecen exigencias en las dimensiones mínimas de las propiedades en régimen de condominio. La topografía montañosa de la ciudad sirve eficazmente para aislar el espacio habitado, así algunos fraccionamientos se sitúan rodeados por un gran talud o rematados por cauces de arroyos.
No sé en qué medida los fraccionamientos cerrados contribuirán a crear ciudades más seguras, pero lo que es evidente es que destruye la diversidad de los usos del suelo, la sustentabilidad, la accesibilidad, la diversidad y la equidad social..
Thoreau afirmó que las fronteras no son el este o el oeste, el norte o el sur, sino allí donde el hombre se enfrenta a un hecho. Las fronteras son zonas de contraste. Técnicamente una frontera es una línea de separación y de contacto entre dos o más Estados, una porción de territorio donde controlar el flujo de la gente, los fenómenos y las relaciones. Pero a los seres humanos no lo separan exclusivamente las fronteras, además de la economía, la lengua, la cultura, y la religión, son factores de división En México, la frontera norte es percibida principalmente como barrera, límite o línea de demarcación entre dos realidades diferentes: la mexicana y la estadounidense, y, por extensión, la latinoamericana y la norteamericana. En resumen, la frontera norte de México es un agujero negro, que absorbe todo lo que pasa por ahí…
Convertir las fronteras en espacios de encuentro y humanización de los flujos e intercambios migratorios es la única alternativa viable frente a aquellas crecientes amenazas. Pasar de las fronteras a los puentes que faciliten ese proceso es un paso imprescindible. Las alternativas para ello son múltiples y reclaman precisamente una actitud creativa, de elaboración de lo necesario, teniendo como horizonte de futuro la construcción gradual de espacios de integración regional donde las fronteras simplemente desaparecen como límites centrados en el control, para avanzar finalmente al planeta entero como espacio de libre circulación, residencia y trabajo para la humanidad.
la frontera Norte. Frida Kahlo |
"Muros de fronteras
que nunca lo fueron
o muros tan largos
donde las conciencias
apoyan su espalda
para dormitar.
Muros de alambrada,
de agua, de forja,
muros invisibles,
muros de cristal.
Cesad y rendíos
Muros desalmados,
regresad al polvo
de origen. Caed."
Maria Teresa Sanchez
Extraordinario análisis arquitectónico,social, politico y cultural de las ciudades fronterizas; el broche de oro el cuadro de Frida.Felicidades!
ResponderEliminarTu actitud creativa de levantar puentes nos guíe en este mundo tan perdido. ¡Un saludo!
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