¿Como llegarían María y José en Diciembre del 2010 a Belén?
¿Qué trámites y condiciones se les exigiría? ¿Cuánto tiempo esperarían en las largas colas que se originan en el ilegal y vergonzoso muro que rodea la ciudad?
La ciudad de Belén, se llena estos días de turistas con sus visados reglamentarios y completará este mes un año récord para el sector turístico con hoteles a plena capacidad; se preve una llegada de 90.000 visitantes para las fiestas navideñas; igualmente resultará sencillo para autoridades religiosas y políticas entrar y permanecer en la ciudad. Pero, para los habitantes de Israel y Palestina, ¿es igual de fácil moverse por sus territorios, pueblos y ciudades?
En el "Portal de Belén", existe una barricada de tres pisos de altura coronada por alambre de púas, sólo a unos pocos residentes de Belén se les permite salir, los soldados israelíes, armados con rifles de asalto examinan los documentos y registran los coches. El muro impide a la gente desplazarse, trabajar o hacer su vida libremente.
En las Puertas o “Portales” de Belén, trás el muro, existen tres campos de refugiados palestinos que conviven con bloques de apartamentos construidos caóticamente. Las colonias judías se alzan sobre los montes y las colinas provocando un paisaje plagado de grúas de construcción.
En el distrito de Belén, que incluye la ciudad y los poblados vecinos, hay cerca de 180 000 palestinos, de los cuales más o menos 25 000 son cristianos; prácticamente todos viven en la zona urbana de Belén y en dos poblados satélites, Beit Jala y Beit Sahur. La geografía de la región incluye 22 asentamientos judíos, con una población cercana a los 80 000, y al menos una docena más de campamentos conocidos como "puestos de avanzada" que a menudo solo son un círculo de casas móviles destartaladas.
Uno de los asentamientos judíos más grandes en el área de Belén es Har Homa., sus flamantes edificios de apartamentos se levantan cerca de Belén, justo al otro lado del muro,
Todos los días de la semana, cientos de personas han de cruzar el muro para salir de Belén y buscar empleo en el estado israelí. Permanecen de pie dentro de una gran jaula de metal donde esperan que se les registre y se les tomen sus huellas después de pasar por el detector de metales; el trámite suele durar más de dos horas. Se prioriza, para poder pasar por el puesto de control, el hecho de que estén casados y tengan hijos, situación que garantiza al ejército israelí el regreso de los trabajadores.
En el exterior del muro, uno tiene la sensación de estar en el interior de una presa. El ingreso en la ciudad resulta aparatoso, está prohibida la entrada, por orden militar a los civiles israelíes, y para el resto, el protocolo obliga a pasar de un coche israelí a otro palestino en un punto de vigilancia del ejército judío, donde una puerta de acero controla el acceso.
En 2004 el tribunal Internacional de Justicia de La Haya, declaró este muro (que rodea a Belén en tres direcciones) ilegal, ya que la barrera corta tierras palestinas y ha aislado a más de 450.000 personas.Pero el muro de Belén, se ha convertido en “una serpiente de graffiti”, “Artistas sin Barreras”, una organización compuesta por palestinos e israelíes, protestan a través del arte y la no violencia contra la construcción del muro. No sólo exhiben sus pinturas, van más allá ofreciendo conciertos, proyectando películas, colgando fotografías o creando vídeos.
Estos graffitis son alegorías pacifistas llenas de ironía, como palomas con chalecos antibalas, piernas que atraviesan la barrera, o soldados intimidados por niños.
Precursor de estas actividades fue sin duda el artista inglés Blanksy, que en 2005, invitado por la organización, empezó realizando pinturas sobre el muro de Belén, no sin antes, preguntar en un acto, considerado de provocación por las autoridades, si era punible pintar sobre un muro declarado ilegal por la Corte Internacional de Justicia. Este artista nacido en Bristol, Gran Bretaña, alcanzó su fama de provocador al introducir cuadros de protesta contra la guerra en Irak en cuatro museos neoyorquinos; destacaba un escarabajo con misiles en las alas que permaneció colgado durante cuatro días en el Museo de Historia Natural de Nueva York hasta que fue detectado.
Un graffiti de dos sofás junto a una ventana desde la que se ve la montaña forma parte de la nueva imagen del muro de Belén en el lado palestino. En otro punto de la barrera de 680 kilómetros, se puede ver a dos niños con palas en medio de una paradisiaca playa tropical.
Por otro lado, destacan las fotografías de gran formato de rostros cómicos y sonrientes en blanco y negro de palestinos e israelíes realizadas por el fotógrafo JR en 2007, en una intervención que intenta humanizar lo inhumano.
El proyecto Face2Face, se encuadra en la estrategia activista que JR ha puesto en marcha en distintos lugares en conflicto del planeta; consiste en retratos intuitivos, a menudo en blanco y negro de palestinos e israelíes con la misma profesión, o que ejercen la misma función social (como profesores, religiosos etc.), imprimir estas imágenes en gran formato y encolarlos en espacios urbanos donde su significado sea potente, situándolos a los dos lados del muro
Los autores del proyecto creen que tanto palestinos como israelitas son casi hermanos, tienen las mismas caras, hacen los mismos trabajos, hablan casi la misma lengua y pretenden ponerlos cara a cara para que vean que el conflicto no tiene sentido y que en el fondo son iguales.
En cualquier caso, estas expresiones, otorgan al lugar una dignidad que le es negada a menudo, en medio de un gris paisaje de “deshumanización del otro”, ahora tan de moda en nuestra sociedad hipermercantilizada y profundamente desigual.
"Feliz navidad"