Influencia de los conflictos sociales, políticos y climatológicos, en la arquitectura, el urbanismo y la forma de vida

viernes, 19 de noviembre de 2010

SAHARA. EJEMPLO DE VIDA EN EL OASIS DE LA ESPERANZA


Aunque la población de la legítima República Árabe Saharaui Democrática, se vea obligada a vivir en campamentos lejos de sus propias ciudades actualmente ocupadas por la población invasora, y tras explosivo muro que fragmenta el territorio, los saharauis han convertido el desierto árido de su exilio en un entorno propicio, en una lucha diaria contra el paisaje sombrío, han conseguido hacer florecer sus campos de refugiados.
Este pueblo ha optado por utilizar la ayuda exterior para gestionar su autosuficiencia, haciendo hincapié en la participación popular y la formación; con la moral alta, la dirección orientada hacia el futuro, y la experiencia práctica, han superado las dificultades del exilio, demostrándonos día a día, que acampando "en la nada", se puede crear una verdadera urbe y un verdadero estado.
El campamento, ya sea de refugiados o desplazados, es siempre el resultado de la tensión, es una consecuencia política. Pero después del momento de emergencia, los campamentos de refugiados se convierten rápidamente en un espacio organizado y ordenado.
A consecuencia de la invasión de Marruecos y del abandono del antiguo colonizador, España en 1975, la población civil saharaui se estableció en las proximidades de Tindouf (Argelia), donde el gobierno argelino permitió el asentamiento de los campamentos de refugiados. Desde entonces los campamentos están administrados con total autonomía por las autoridades de R.A.S.D

En Tindouf, se encuentra el aeropuerto militar y es el punto de comunicación saharaui con el exterior, en Rabuni, se localiza el Estado Mayor, el Protocolo y el Hospital Central y a nivel inferior administrativamente éstan los campamentos que se estructuran en cuatro grandes núcleos poblacionales denominados “wilayas” con los nombres de Aaiún, Dajla, Auserd y Smara, todos situados cerca de la ciudad argelina de Tindouf y separados por distancias de entre 9 y 30 Km, excepto Dajla, que se localiza 200 Km más al sur. El campamento de Dajla se ubicó más distanciado de los demás por motivos estratégicos, con el fin de poder garantizar la supervivencia de la población en el supuesto de ataque de la aviación marroquí a los campamentos. Además de éstos cuatro, encontramos otro campamento nacido del centro de formación para mujeres "27 de Febrero" donde residen las alumnas con sus familias.
Cada wilaya está encabezada por un wali (Gobernador), que es quien dirige el Consejo Popular Provincial. Las Wilayas como demarcación territorial están divididas en seis o siete “dairas” (localidades), a cuyo frente se encuentra el Consejo Popular Local, compuesto por su Presidente (Alcalde), un Juez, un Adjunto y los responsables de los cinco Comités Populares (Salud, Puericultura, Justicia, Abastecimiento, Producción y Creatividad Artística).
La dirección de los campamentos queda en la mayoría de los casos en manos de las mujeres, ya que los Comités y Subcomités están dirigidos prácticamente por mujeres en todas las dairas. Este papel importante de la mujer, tiene sus raíces en la antigua distribución de actividades de la sociedad nómada tradicional, en la que el hombre se encargaba de la guerra y la mujer queda a cargo del "frig" o grupo de jaimas.
En las wilayas se organizan las dairas alrededor de las dependencias comunes: escuelas y centros culturales, centros de salud, almacenes de alimentos y depósitos de agua, centro administrativo y huertos.
Cada daira se divide a su vez, con una estructura cruciforme, en cuatro barrios denominados "heno"en el centro de los cuales se ubican el centro administrativo de la daira, el dispensario, la escuela de preescolar, almacenes y talleres; cada heno tiene una cisterna de agua. En una zona determinada de la daira, alejada de las jaimas, se ubican los corrales para los animales y los huertos.

La comunicación entre wilayas y dairas la constituyen pistas y caminos ya que solo existen dos carreteras, una entre Tindouf y el centro de recepción de Rabouni y otra entre éste y la wilaya de Smara.
El mercado o "marsa" se dispone generalmente en el centro de la wilaya, mientras que las tiendas de barrio cubren las necesidades en la lejanía de las dairas. Su estructura y diseño viene determinado por el tipo de producto, manufactura, y valor. Las tiendas de un mismo tipo suelen estar agrupadas y se buscan zonas de mayor tránsito.
La población vive en jaimas (tiendas de lona) que constituyen la vivienda familiar, alrededor de la jaima, se sitúan varias dependencias de adobe: la cocina, la letrina y, al menos, una habitación. Lógicamente, carecen de instalación eléctrica y de canalización de agua, a excepción de los pozos existentes.
Las zonas de explotación de los recursos hídricos subterráneos para abastecer a la población refugiada se sitúan en los alrededores de los campamentos de El Aaiún, Rabouni y Dajla. Dadas las condiciones climáticas extremas de la zona, la supervivencia de la población depende directamente del suministro de agua subterránea. Una de las actividades que más esfuerzo requiere por parte de las mujeres es la gestión del agua para uso doméstico, cuya tarea pasa por la recogida del agua de los depósitos de zinc y su organización en la jaima. La escasa cantidad de agua que disponen por persona, hace que las mujeres saharauis tengan que hacer verdaderas pericias para que el agua llegue para todo: el consumo diario, la limpieza del hogar, la preparación de los alimentos, la higiene personal de toda la familia etc..
 

La construcción de casas de adobe consiste en mezclar proporcionalmente el agua y la tierra para elaborar un ladrillo o bric consistente que proteja del calor. Dicha práctica se viene realizando desde 1985 y ha generado un sistema de oferta y demanda de profesionales (principalmente jóvenes) y materiales, en torno a la vivienda, que le convierte en uno de los primeros sectores de la economía de los campamentos; las mujeres excavan el suelo, abren trincheras, transportan el agua que ligará la tierra arcillosa y moldean los adobes en grandes prismas rectangulares que cocerán durante algún tiempo al sol. Como ejemplo de precios por unidad de material de construcción tenemos que las barras de hierro que soportan la jaima es de 14 euros, la tela de la jaima, 600 euros, un metro cuadrado de baldosas 14 euros, un saco de cemento 8 euros, 100 brics 10 euros, una cisterna de 1000 litros 60 euros y las planchas de zinc de entre 2 m y 5 m salen entre 15 y 45 euros.

 Los campamentos muestran toda una lección de aprovechamiento y reutilización de materiales. Los contenedores de la ayuda internacional se han convertido en edificios de almacén o vivienda. Con chapa de los vehículos bombardeados, alambre y cuerda puede hacerse un corral; los barriles metálicos se encuentran a cada paso, reconvertidos en depósitos. No hay nada que se desperdicie ni que se deje de reutilizar, en un lugar en que tan poco desecho hay de cualquier tipo.

En el campo de la sanidad, sus logros han sido altos; hoy día mientras que los refugiados y personas desplazadas de gran parte del Tercer Mundo, están sufriendo hambre y enfermedades la mayoría de exiliados saharauis son saludables. La atención médica tiene tres niveles de actuación: local (daira), provincial (wilaya) y la nacional. En cada daira hay un dispensario y una pequeña farmacia. Las wilayas poseen un hospital, con capacidad de entre 30 y 50 camas, en ellos además de las salas de hospitalización, existen consultas externas y están equipados para realizar operaciones sencillas. El último nivel lo constituye el Hospital Central, allí se atienden los casos de mayor gravedad, teniendo capacidad para unas 350 camas: en él existe el único laboratorio de los campamentos y su farmacia es la que centraliza y distribuye a los niveles inferiores los medicamentos que aportan la ayuda del exterior.

Actualmente sigue existiendo el nomadeo, cerca de los "uadis" (ríos temporales de alimentación pluvial). En estos parajes, nómadas y saharauis de los campamentos, reponen su salud al alimentarse de una fauna y vegetación escasa pero saludable, ya que los animales toman hierbas y agua de mejor calidad. El número de jaimas agrupadas en el bedia depende de la familia que allí se encuentre, a la que se añaden en ocasiones amigos y conocidos. Se diseminan por todo el desierto en época de lluvia, y en algunos lugares con pozos y vegetación casi anual se han originado asentamientos más o menos estables, con poca población, donde poder comerciar (Bir Tigisit, Bir Lehlu, "El Hoyito"), y que se utilizan principalmente como escala técnica desde Tindouf (300/400 km). En estos sitios se puede comprar comida y líquidos, manufacturas, combustibles, que provienen de los comerciantes que pasan hacia Mauritania, Argelia, Mali, Senegal, Marruecos. Son lugares donde el valor económico de las mercancías puede ser superior al de los campamentos cuando hay menor demanda, o inferior cuando hay que consumir la mercancía.
Quizás sea en el campo de la educación donde la R.A.S.D. ha conseguido uno de los éxitos más espectaculares, pasando de una tasa de analfabetismo de un 85% a la total escolarización de la población entre 3 y 16 años.
Los trabajos se organizan de forma comunitaria a modo de "campañas populares", como el cuidado de los rebaños, el trabajo de las huertas, el reparto de la comida o la construcción de ladrillos.
Las actividades artísticas y culturales forman parte de la vida de los campamentos hasta el punto de haber conseguido organizar el Festival Internacional de Cine del Sahara, resultando paradójico observar el recinto del festival (una amplia zona en el centro del campo con la gran pantalla al aire libre) junto a un camión cisterna abasteciendo de agua.
Mi conclusión es que lo conseguido en estos campamentos es todo un ejemplo, y el entusiasmo democrático que ésta floreciendo en todo el continente africano, tiene en estos campos todo un referente.

Fadel Jalifa. Pintor saharaui.
 Tierra de las colinas.
Dios dará lluvia
que riega tus jardines.
Oh tierra de la colinas.
Las partículas de tu encarnada arena
parecen oro.
Y estando en ti no hemos de preocuparnos
de pinzas para sacar espinas.

"Tierras de las Colinas".
Emhammed uld Tolba. Poeta saharaui.